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Languedoc-Rosellon, historia, cultura gastronomía y vino se dan la mano en el Mediterráneo francés

Languedoc-Rosellon, historia, cultura gastronomía y vino se dan la mano en el Mediterráneo francés

Articulo de José Luis Del Campo Villares Autor y Sumiller
Fotografia de Sobrelias.com

Hoy os acercamos a un viaje en el que la historia, el patrimonio cultural acompañan al mundo de la gastronomía y del vino en todo momento. Nos desplazamos a la zona más mediterránea de Francia, su costa occidental, conocida como Languedoc-Rosellon, donde nos encontramos una combinación de experiencias que harán las delicias de todos los que animéis a pasear por sus ciudades, sus pueblos y, como no, por sus viñedos y bodegas.
Rosellon es conocida como la zona de Francia que tiene más horas de sol, lo cual ya es un reclamo para aquellos turistas que viajan en busca de sol y playa. Pero no es que este sea el punto fuerte de la zona; más bien diría que es un aliciente más que sin duda ayuda, y mucho, a escoger una experiencia turística y enoturística inolvidable en el país vecino.

Historia y patrimonio cultural
Todo Languedoc y Rosellon tienen un patrimonio histórico común, el antiguo Imperio Romano. Por ese motivo es imposible no percibir como la invasión romana ha dejado su impronta en la arquitectura y en el patrimonio cultural.
Esta zona supuso el primer punto donde el Imperio Romano recaló al salir de la península itálica, por eso no es extraño encontrarnos en la localidad de Nimes el anfiteatro que fue, durante muchos siglos, el de mayor tamaño construido fuera de Italia.
Al pasear por esta región, nos encontramos con encantadoras localidades como la mencionada anteriormente Nimes, Montpellier, Carcassonne, Perpignan, Collioure, Narbonne o Limoux. De punta a punta a lo largo de la costa francesa, los encantos y reclamos turísticos son increíbles, cada zona con sus peculiaridades, aunque como ya os comentábamos anteriormente, aunque con el nexo de la presencia del patrimonio histórico-cultural grecorromano.
Una parada en Nimes nos deja el afamado anfiteatro, pero también se distingue por su Maison Carrée y la Torre Magne, atribuyéndole el apodo de “Roma francesa”. Otras joyas imperdibles incluyen el imponente Puente del Gard y el fascinante Castillo Medieval de Carcassonne, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Montpellier, con sus raíces medievales, ofrece un contraste moderno con sus animadas calles, como la Comédie Place o la Plaza Real de Peyrou. Collioure, la perla del mar, junto a Perpignan, deslumbra con su patrimonio histórico, destacando el Castillo Real y el Fuerte Saint Elme.

Todo el viaje se une a la antigüedad, tanto al antiguo Imperio Romano como al auge de la época medieval que tuvo un gran esplendor en esta zona de Francia, ya que era una de las zonas de obligado paso por todos los viajeros que transitaban por la vieja Europa, con lo cual en estas tierras recalaban todas las tendencias culturales de la época que iban dejando su impronta en estas tierras.

Enoturismo en Languedoc-Rosellon
Pero si no fueran suficientes los reclamos culturales de la zona, así como su excelente climatología para los amantes de “sol y playa”, esta zona ofrece una oferta enoturísticay enogastronómica realmente espectacular.

El vino
En esta travesía, exploramos dos subregiones, Languedoc y Rosellón, cada una con características distintivas. Cuando se trata de vinos, Languedoc destaca por sus vinos de alta calidad, mientras que Rosellón se distingue por sus Vins Doux Naturels.
En los extensos viñedos de Languedoc-Rosellón, se cultivan diversas variedades de uva, dando lugar a vinos de coupage, desde tintos, blancos y rosados hasta excepcionales espumosos y dulces.
Languedoc, famoso por su diversidad de uvas y mezclas, destaca como la región vinícola francesa con más horas de sol. Variedades como Garnacha, Syrah, Mourvedre, Carignan y Merlot entre las tintas, y Garnacha Blanca, Marsanne, Roussane, Vermentino, Picpoul y Clairette entre las blancas, dan vida a vinos tintos afrutados y aromáticos.
Rosellón se distingue por sus vinos tradicionales y fortificados de Banyuls, Rivesaltes y Maury. Con un clima seco y cálido, el 95% de los Vin Doux Naturels tintos y blancos franceses se producen aquí, ofreciendo tintos especiados y afrutados, y blancos delicados con notas cítricas y florales.

La historia en cada sorbo: Blanquette de Limoux
La famosa Blanquette de Limoux, el vino espumoso más antiguo del mundo, proviene de la región de Languedoc.
Creado por monjes benedictinos en el siglo XVI, se elabora principalmente con la uva Mauzac, a la que a veces se añade Chenin y Chardonnay. Vinificado según el método Champenoise, esta joya representa la rica tradición vinícola de la región.

Denominaciones de Origen y bodegas destacadas
Entre la amplia variedad de zonas de alta calidad, destacan Languedoc, Corbières, San Chino, Faugères y Minervois. Mencionar las mejores bodegas es complicado, ya que casi un centenar de ellas ofrece experiencias de enoturismo únicas.

Algunas de ellas incluyen el Château de Luc en Corbières, el Château de Flaugergues en Coteaux du Languedoc, y el Château Pech d’André en Minervois, por mencionar solo algunas.

La gastronomía
La gastronomía de la región se basa en productos locales, de temporada y de cercanía, destacando sobremanera el pescado, las verduras, las frutas, el aceite de oliva y una gran variedad de hierbas aromáticas que le dan una esencia particular a sus platos tradicionales que son transmitidos de generación en generación.
Entre estos se incluyen el Cassoulet de Castelnaudary, un guiso con judías blancas y diversas carnes, y la Brandade de Nîmes, elaborada con bacalao desalado, aceite de oliva y leche y que tiene una historia apasionante sobre su origen.
Comenzó durante la Guerra de los Cien Años, cuando la ciudad de Castelnaudary fue ocupada por el ejército inglés.
Hubo una hambruna horrible, por lo que todos en la ciudad dieron todo lo que tenían para alimentar a los soldados franceses. Gracias a esta ayuda mutua, los soldados consiguieron rechazar a los ingleses hasta el Canal de la Mancha.
En cuanto a las especialidades de pescado, nos encontramos con la Brandade de Nîmesy la Tielle Sétoise, experiencias culinarias únicas. La Tielle Sétoise, un pastel de pulpo con tomate, se sirve con la tradicional Rouille, una especie de mayonesa.
La región de Languedoc-Rosellón es un verdadero paraíso para los amantes del vino y la gastronomía, donde cada rincón cuenta una historia única a través de sus sabores y aromas.
Sin duda estamos ante un viaje que ofrece todo lo que el turista y enoturista puede desear en sus experiencias, con lo cual se me antoja que es uno de los mejores destinos que, sin duda, dejara más que satisfechas nuestras expectativas, sean cuales sean.

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