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Descubriendo el mundo del vino en el fondo del mar

Descubriendo el mundo del vino en el fondo del mar

Autor José Luis Del Campo Villares
Fotografias: Sobrelias.com & Cantalobos Bodegas

El mundo del vino no solo se encuentra en la bodega. Cada día surgen nuevas propuestas que buscan sorprender al consumidor y conseguir que los vinos presenten un punto diferenciador que atraiga a nuevos amantes del vino. Y desde hace ya algunos años, una de las propuestas más curiosas e interesantes es la de la ‘crianza submarina’.
Cuando pensamos en la crianza en los vinos, siempre se nos viene a la mente las barricas de roble que nos encontramos en las bodegas, ya que es la forma más habitual a la hora de envejecer los vinos, sobre todo al hablar de los vinos tintos. También pensamos en depósitos de acero inoxidable para aquellos vinos que no tienen paso por madera. Incluso podemos pensar en la crianza en ánforas de barro, algo que se ha puesto muy de moda en las últimas dos décadas en diferentes lugares del mundo como una forma de darle crianza a los vinos como se hacía durante muchos siglos A.C. Pero hoy os acercamos una crianza diferente. Una crianza que se le da a los vinos una vez que ya están embotellados. Hablamos de la ‘crianza submarina’.
Y por diferente no quiere decir que sea novedosa, ya que es algo que se lleva realizando durante muchos siglos, sobre todo tras los hallazgos de pecios en los mares del mundo entre cuyos restos se encontraron vinos embotellados que, tras su apertura, se pudo comprobar que podían ser bebidos perfectamente tras varios siglos de estar en el fondo de los océanos.
Tras la elaboración que tiene un vino en la bodega, con paso por barricas o no, muchos vinos pasan un tiempo en botellero para que se ‘afinen’, para que se conjunten los aportes frutales de la uva con los matices que le dan las barricas de madera, buscando que cada vino exprese lo que lleva dentro y aporte una personalidad diferenciadora y consiga conquistar a los consumidores. Pues desde hace algunos años, algunas bodegas consideran como una atractiva
alternativa a ese tiempo que pasa reposando el vino, el hecho de sumergirlos en el fondo del mar.
Para profundizar más en este tipo de crianza, nos acercamos a la bodega berciana Cantalobos Bodegas y Viñedos que ha decidido que parte de su vino blanco joven en su añada de 2021 va a tener una crianza submarina. Será la bodega en sacar al mercado el primer vino del mundo elaborado con la varietal Godello que tenga una crianza submarina.

Ventajas de la crianza submarina

La crianza submarina busca una serie de puntos interesantes que, en ocasiones en las bodegas tradicionales no se pueden realizar de una forma perfecta.
Como nos indica Luis, gerente de la bodega berciana, una de las ventajas que tiene el depositar las botellas en el fondo del mar es el poder mantener los vinos a una temperatura muy constante y, sobre todo, sin que la luz les pueda afectar durante su reposo.
Pero, como podéis imaginar, hablamos de una estancia en el fondo del mar después de que el vino está embotellado. O sea, que cualquier vino, tras su elaboración y posible crianza en bodega, se embotella y es ahí cuando aparece la crianza submarina como alternativa a su permanencia física en botelleros tradicionales. ¿Por qué entonces escoger la crianza submarina?

“Los vinos que tienen una crianza en botella en el fondo del mar evolucionan con más lentitud ya que, la oscuridad y las condiciones de humedad, temperatura, presión y gravedad, que no se pueden alcanzar en las bodegas tradicionales y si en las profundidades, permiten que el vino mantenga la frescura de su juventud, así como ayuda a poner más presentes en su cata los aromas secundarios y terciarios, frente a los primarios derivados de la fruta”, nos comenta Luis Alejandre, gerente de la bodega
Que estén en el fondo del mar durante un tiempo no hace que sean vinos más salinos (por aquello de que están en un entorno de agua salada). Esta dependerá por ejemplo del tipo de vino, de la varietal empleada y de su crianza y elaboración antes de su embotellado.
Lo que da la crianza submarina es una mayor complejidad del vino conservando su frescura. Serán vinos más complejos tanto en nariz como en boca, más intensidad de sensaciones, profundidad, lo que viene a traducirse en que este tipo de vinos consiguen un afinamiento y redondez en botella mejor que con otros tipos de crianza, por ejemplo, en los botelleros físicos de las bodegas.
Otro punto a indicar de este perfil de vinos es que suelen presentar una graduación alcohólica más baja. La capacidad para alargar su vida en perfectas condiciones y conservar la frescura es realmente algo que da una personalidad diferente a estos vinos.

¿Todos los vinos son aptos para la crianza submarina?
Como ya os comentaba antes, los vinos tienen su elaboración en bodegas tradicionales, con sus peculiaridades, sus crianzas, con o sin paso en barricas, ánforas o cualquier otro aspecto. Pero la crianza submarina lo que les da es un afinamiento en botella muy diferenciador. Desde ese punto de vista, cualquier vino, con independencia de su elaboración, uva empleada o crianza, son susceptibles de tener una estancia en botelleros en el fondo del mar.
Lo que si hay que tener en cuenta es que no afecta de la misma forma a todos los perfiles de vino. No es lo mismo un vino blanco que un vino tinto, no es lo mismo un vino que ha tenido su crianza en la bodega en depósitos de acero inoxidable al que la ha tenido en barricas de roble….
La crianza submarina acelera los procesos de afinamiento frente a los que se realizan en las bodegas tradicionales, un punto fundamental que hay que tener en cuenta siempre. Muchos especialistas dicen que entre 7 y 9 meses en botella en el fondo del mar equivalen a 18 meses en botelleros físicos en las bodegas, cuando hablamos de vinos tintos. En el caso de los vinos blancos, 3 y 4 meses de crianza submarina equivaldría unos 12 meses de crianza en botelleros tradicionales. Todos ellos, aportan una intensidad en su cata más marcada, profundidad, complejidad, a igualdad de tiempo de permanencia en los dos tipos de estancia (en botellero tradicional o depósito submarino).
Pero ojo, la crianza submarina no hace milagros. Un buen vino puede mejorar las sensaciones en su cata, pero partiendo de la base de que estamos ante un buen vino. El recurrir a la crianza submarina no es una forma de enmascarar los defectos en un vino. Si el vino no es lo bueno que esperábamos, el sumergirlo en el fondo del mar no va a obrar milagros.

Primer Godello ‘submarino’
El vino que os acercamos en este caso es el Cantalobos Godello 2021, el primer vino en el mundo elaborado con la varietal Godello que va a tener una crianza submarina.
Estamos ante un vino blanco que se elabora en depósitos de acero inoxidable que es embotellado sin filtrar y con sus lías, para ser posteriormente sumergido en el fondo del mar, en este caso, en el Mar Mediterráneo a una profundidad de 19 metros, con una temperatura constante de entre 12 y 15 grados, a una oscuridad total.
Sin duda, el trabajo de las lías en el fondo del mar, va a darle una intensidad y profundidad en su cata espectacular, a la vez que le va a permitir presentarnos la juventud de un vino joven del año.

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